ODS 15. Vida de ecosistemas terrestres

Juan B. Campagne

Barranco del Burujón. Toledo. Foto FGM

Miembro del equipo Niaiá. Ecologistas en Acción.

El cuidado y el interés por el medio ambiente puede que no sean algo exclusivo de nuestra época, pero sugieren un sentimiento de urgencia y una dimensión de complejidad que seguramente no tienen precedentes. Resulta difícil encontrar un rincón de la Tierra en el que no existan conflictos acerca de las políticas que hay que adoptar en relación con la conservación de los recursos naturales, así como con la preservación de muchos aspectos de la naturaleza que están amenazados de muerte por la industrialización y el crecimiento de la población.

Estamos comenzando a dejar atrás la época en la que se miraba a quienes proponían la preservación de las selvas por ser pulmones de la Tierra como a desaprensivos que amenazaban el medio de vida de los granjeros y los madereros, así como se miraba, por ejemplo, a los que deseaban proteger a las ballenas por ser valiosas en sí mismas como una amenaza para los pescadores cuyo medio de vida depende del bacalao que consumen esas ballenas.

El tema ha ido ganado espacio en los medios de comunicación. Varios periódicos le dedican desde hace un tiempo secciones especiales. En este sentido se expresan especialistas como el biólogo e investigador Fernando Valladares, que aseguraba recientemente a “Cambio climático: El planeta atormentado”, revista monográfica publicada en eldiario.es: “Nos encontramos en el momento más peligroso de la historia de la humanidad. La renacida amenaza nuclear y el cambio climático han hecho que el llamado reloj del apocalipsis esté más cerca que nunca del temido momento”.

Con este mismo carácter de inminencia, partidarios de los movimientos por la antiglobalización y el decrecimiento como Carlos Taibo, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Autónoma de Madrid, han comenzado a hablar del término “Colapso” para referirse a:

Proceso causado por la crisis ecológica y el agotamiento de las materias primas que traerá consecuencias irreversibles y delicadas, como son cambios sustanciales, en muchas relaciones y profundas alteraciones en lo que se refiere a la satisfacción de las necesidades básicas en primer término, más las consabidas propias del calentamiento global, como son una subida del nivel del mar, la extensión de la deforestación y la desertización y, en consecuencia, problemas crecientes en el despliegue de la agricultura y la ganadería.

Para Taibo, “los elementos acompañantes del ‘Colapso’ serán la crisis demográfica, una delicadísima situación social con más de 3000 millones de seres humanos condenados a malvivir con menos de dos dólares diarios, la expansión de enfermedades y la quiebra de muchos estados, entre otras consecuencias”. “Muchos analistas”, señala Taibo, “fijan el momento del ‘Colapso’ a los años que separan 2020 y 2050”; es decir, a la vuelta de la esquina.

Frente a panoramas como el actual, la ONU ha promovido unos objetivos que se proponen abordar las amenazas a las que se enfrentan nuestros ecosistemas y el planeta entero. Se trata de la agenda global más ambiciosa aprobada por la comunidad internacional en torno a unos propósitos comunes. Ahora bien, ¿son suficientes?

El seminario se celebró en línea el 29/03/2023

Puedes escuchar la grabación en audio (64,3 MB) en este enlace. Si deseas acceder a una grabación en vídeo (348,4 MB), puedes obtenerlo en este enlace.

Para citar esta entrada

Campagne, Juan B. (2023): ODS 15. Vida de ecosistemas terrestres Accesible en https://niaia.es/ods-15-vida-de-ecosistemas-terrestres/

Creemos en el libre flujo de información. Republique nuestros artículos libremente, impreso o digital, bajo licencia Creative Commons, citando la fuente

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *