Emilio Martínez Navarro
Catedrático de Filosofía Moral y Política, Universidad de Murcia
Decía Max Weber a principios del siglo pasado que el Estado es la institución que reclama para sí el monopolio de la violencia legítima en su territorio. Esta caracterización del Estado incluye una referencia explícita a una sus características principales: es la institución que se reserva en exclusiva el uso de la fuerza. Sin las Fuerzas Armadas, el Estado no es nada, no tendría poder para hacer cumplir las leyes ni para organizar una defensa eficaz ante una invasión extranjera. El orden público y la defensa se constituyen como las principales misiones del Estado, desde tiempo inmemoriales. En nuestra época, y en nuestro país, el Estado ha tratado de integrar esta tarea básica en el contexto del modelo de Estado que se ha llamado «Estado Social y Democrático de Derecho». En dicho modelo estatal, el uso de la violencia legítima se ve sometido a diversos controles para asegurarse de que sea mínimo, proporcionado, controlado, responsable, etc. De ahí que se hayan establecido leyes y reglamentos que regulan de manera estricta el uso de las armas y de cualquier operación policial o militar que contemple el uso de la violencia.
Los códigos éticos y deontológicos que han ido apareciendo en los años recientes en los cuerpos de seguridad muestran una voluntad expresa por parte de los gobernantes de proporcionar formación ética de los profesionales de dichos cuerpos. Por ejemplo:
• Código ético del Cuerpo Nacional de Policía (2013)
• Código de conducta del personal de la Guardia Civil (2022)
• Reales Ordenanzas para las Fuerzas Armadas (2009)
La lectura de estos documentos muestra que estos cuerpos de seguridad han tratado de poner al día su imagen pública y probablemente están formando a su personal en los valores propios de una convivencia democrática que todos queremos mantener y mejorar. Se trata de que las personas integrantes de estos cuerpos de seguridad se conciencien de que están al servicio de la ciudadanía, y no tanto al servicio del gobierno de turno, pero manteniendo el equilibrio entre la obediencia debida y el respeto a los valores constitucionales., etc. Ahora bien, todos estos documentos se quedarán en papel mojado si no existe una buena formación inicial y permanente en ética profesional.
El seminario se celebró en línea el 13/02/2024
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Para citar esta entrada
Giménez Navarro, Emilio. Catedrático de Filosofía Moral y Política, Universidad de Murcia. En Niaiá, consultado el 14/02/2024 en Exigencias-eticas-en-el-ejercito-y-la-policia
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