Rodolfo Rieznik
Economista. Economistas sin fronteras
La industrialización inclusiva y sostenible, junto con la innovación y la infraestructura, pueden dar rienda suelta a las fuerzas económicas dinámicas y competitivas que generan el empleo y los ingresos– Así fundamenta la Agenda 2030 el ODS 9.
¿Industrialización inclusiva?
La experiencia industrializadora, de innovación tecnológica y de desarrollo de infraestructuras es contradictoria. Sin duda son tres conceptos imprescindibles para entender el desarrollo de la fuerza productiva de una economía. Las máquinas, las herramientas, la tecnología y las dotaciones físicas, junto al trabajo humano, explican el momento de un modo de producción. El modo de producción capitalista reúne singularmente estos elementos porque se sostiene en la actividad industrial. Irrumpió fracturando el trabajo artesanal y transformando a gran escala materias primas en productos manufacturados para la venta y el consumo. El objeto de estora realizar una acumulación rentable del capital dinero adelantado para tal fin en medios de producción y fuerzas de trabajo. Y lo hizo, desde el inicio, en una dimensión planetaria y en una escala sin precedentes. El mercado mundial, el comercio exterior, la internacionalización del capital son constitutivos del modo de producción capitalista.
El objetivo 9, además, amalgama Industrialización con infraestructuras e innovación para que, de ahora a 2030, se puede aumentar significativamente el PIB y el empleo, y duplicar esa contribución en los países menos desarrollados. La sostenibilidad se alcanzaría con la modernización de infraestructuras y la adopción de tecnologías ambientalmente limpias y racionales.
Ahora bien, la expansión mundial de la economía, desde los países centrales (Europa occidental, origen de la revolución industrial) del modo de producción capitalista, no dio lugar a un desarrollo inclusivo, sino lo contrario, excluyente. La mayoría de las economías periféricas se estructuraron en una división internacional del trabajo dependiente de las exportaciones de materias primas y de productos poco transformados. El capital penetró en los países periféricos y transformó sus economías en complementarias y subordinadas a las dominantes en las metrópolis, gracias a la gran Industria monopólica y el gran capital financiero.
Desarticuladas, estas áreas económicas no pudieron entramar ordenadamente las relaciones productivas sectoriales y explotar el valor diferencial de la disponibilidad natural de materias primas básicas. Esto es, financiar a partir del excedente, una estructura industrial de mayor valor añadido y con un sector terciario racionalizador de servicios financieros, de distribución y comercialización, creando una relación real de Intercambio favorable a la producción de los países centrales. La mayoría de los países periféricos, nunca dejaron de ser dependientes. No devinieron en economías históricamente progresivas como en los países centrales. Éstos conformaron sólidos mercados nacionales, con libre competencia de capitales, aunque sometidos a la concentración y el liderazgo de la gran industria y las finanzas.
Infraestructuras al servicio del capital (no de la gente)
En cualquier caso, en los albores de la revolución industrial los primeros conglomerados industriales, como el siderúrgico y el textil, y sus ramas manufactureras asociadas, noexigieron el desarrollo de grandes infraestructuras, dada la proximidad de la producción a las fuentes de energías primarias como agua y carbón.
Las infraestructuras promovidas en la primera mitad del siglo XX en las economías dependientes se orientaron o bien a estructurar la complementariedad con las economías de los países centrales como redes de transportes y puertos para las exportaciones de las materias primas, o bien a concesiones de largo plazo a empresas de servicios básicos con tecnologías de las que carecían, principalmente electricidad.
En la nueva etapa,el capitalismo maduro, posterior a la segunda guerra mundial, con el concurso de los Estados, articuló un amplio entramado de infraestructuras de servicios básicos: carreteras, transporte de ferrocarril, puertos, electricidad, gas, telecomunicaciones, agua, ductos, alcantarillados, etc. Esto sucedió tanto en los países centrales cómo en una parte mayoritaria de países periféricos, aun cuando algunas zonas del mundo están completamente excluidas de todo tipo de tipo de desarrollo de infraestructuras.
Innovación tecnológica y el bien común
El cambio de paradigma energético, petróleo y electricidad, indujo una gran evolución tecnológica. La búsqueda incesante de nuevos mercados de consumo para la acumulación rentable del capital, fragmentó la actividad productiva en nuevas ramas industriales: el automóvil, la línea blanca, la electrónica de consumo, entre otros. A su vez, una economía más segmentada requirió de una racionalidad más articulada de la producción, circulación y venta de bienes y servicios. Y también propició una mayor división social del trabajo. Los servicios o funciones intermedias del capital se hicieron imprescindibles para tejer una relación más productiva y eficiente entre un capital crecientemente desagregado, un trabajo socialmente troceado y un consumo más diversificado. Por encima de la atomización de la producción y el trabajo, el capital tendió a la centralización y la concentración. Sin embargo, las nacientes funciones intermedias del capital pudieron satisfacer derechos económicos básicos de la población: electricidad, saneamiento, agua, telefonía, etc. Los llamados Estados del bienestar, en el marco de economías capitalistas avanzadas, se sustentaron en el suministro universal de aquellas funciones, servicios intermedios. Es decir, el cambio tecnológico impuso el desarrollo de infraestructuras para el bien común.
Muchas de aquellas infraestructuras como energía en general y las telecomunicaciones se constituyeron en monopolios naturales estatales. Los extraordinarios costes fijos de largo recorrido de recuperación exigían el concurso de las finanzas públicas.
Sin duda, también, el patrón tecnológico del uso intensivo de energías fósiles, presente en el desarrollo industrial capitalista condujo al cambio climático.
La economía neoliberal y el cambio de paradigma
La caída del lucro capitalista derivado de la creciente competitividad del capital llevó al fin de la onda larga de crecimiento económico de la posguerra e impulsó el nacimiento del neoliberalismo político y económico a fines de siglo XX. Se promovieron políticas económicas dirigidas a un cambio en la propiedad de las infraestructuras de servicios, esto es, de las funciones intermedias del capital. El objeto final de esta apropiación privada de los monopolios naturales de servicios básicos universales fue adueñarse de los ingresos cautivos de lasempresas que los prestaban.
La explosión cibernética y la automatización, simultánea al paradigma neoliberal, además de modificar formas de producir, trabajar, consumir, distribuir y comunicarse, arrebata derechos comunes y sociales. La población está siendo obligada a consumir y/o utilizar las plataformas operativas de los grandes monopolios tecnológicos privados para resolver las necesidades básicas de sus derechos económicos como, por ejemplo, la de acceder a las prestaciones públicas elementales.
Incluso el más básico de los derechos económicos en una economía capitalista, como es la disposición del dinero legal (que es un bien público) y su manipulación por las personas y las familias. Aun cuando los bancos privados eran intermediarios necesarios para esta finalidad, el depósito, custodia y tránsito por las entidades de los ingresos dinerarios se hacía con parámetros de servicio público. Se remuneraba el ahorro temporal y no había dificultades para la movilización del efectivo. La financiarización promovida por el neoliberalismo dominante en la economía capitalista tiende una extraordinaria monopolización del sistema financiero privado y a la desaparición de la banca pública. Todo ello desahucia financieramente y en forma global a la población vulnerable.
La tecnología y la innovación ha mediatizado privadamente, parte de la infraestructura pública, imprescindible para la gestión cotidiana digna de la ciudadanía. Esto es global, en los países desarrollados y en la periferia subdesarrollada.
La innovación tecnológica dominada por “el capitalismo online”
Estas realidades económicas son de ámbito universal. Sera difícil alcanzar los objetivos en infraestructuras, industrialización inclusiva y sostenibilidad, con innovación y fuerza económica dinámica y competitivas en generación de empleo e ingresos, si los paradigmas de la economía liberal persisten. Será necesario recuperar el valor de lo público en materia de infraestructuras de forma global. La pauta globalizadora para alcanzar los objetivos del desarrollo sostenible en materia de infraestructura, industria, tecnología e innovación necesita del concurso de lo público con participación democrática.
El seminario se celebró en línea el 17/05/2023
Puedes escuchar la grabación en audio (76,3 MB) en este enlace. Si deseas acceder a una grabación en vídeo (175,4 MB), puedes obtenerlo en este enlace.
Para citar esta entrada
Rieznik, Rodolfo (2023): ODS 9 Infraestructuras resilientes, industrialización inclusiva y sostenible e innovación. Accesible en https://niaia.es/ods-9-infraestructuras-resilientes-industrializacion-inclusiva-y-sostenible-e-innovacion
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