María Font Vicente
Doctoranda. Estudios artísticos, literarios y de la cultura
Influencia de la literatura francesa en el feminismo en Francia durante la primera mitad del Siglo XX
Como dijo Simone de Beauvoir, una de las escritoras y feministas francesa más conocidas de la historia, “El feminismo es una forma de vivir individualmente y de luchar colectivamente”. Simone de Beauvoir que nació el 9 de enero de 1908 en París y murió el 14 de abril de 1986 en París, dedicó toda su vida al movimiento feminista y reivindicó en sus obras el reconocimiento de las capacidades y derechos de las mujeres, que tradicionalmente habían estado reservados para los hombres. El Segundo sexo, fue la obra que impulsó su lucha por el feminismo. Este ensayo aborda temas como la emancipación de la mujer, el papel de las mujeres en el hogar y su faceta personal como madre soltera. Su publicación en 1949 sacudió a Francia no obstante tuvieron que pasar veinte años para que el Movimiento Francés de Liberación de las Mujeres lo adoptara como libro de cabecera. Sus planteamientos, estudios e ideologías han servido como base para plantear una separación entre género y sexo.
Pero existen otras escritoras francesas que también han impulsado el movimiento social del feminismo a través de la escritura, pero antes daremos una visión del feminismo en Francia.
La primera ola del feminismo francés surge a finales del siglo XIX y a principios del siglo XX, el feminismo francés se divide entre organizaciones sometidas al gobierno y movimientos radicales. Las primeras cooperan con el gobierno, mientras que los segundos critican la debilidad de este tipo de movimiento. Un caso ejemplar es la creación en abril de 1901 del Consejo Nacional de Mujeres Francesas marcado por el protestantismo. En sus inicios, el consejo no era feminista, sino que evolucionó poco a poco y en 1907, 102 organizaciones, agrupando a 73.000 miembros, formaban parte de la organización. Las feministas terminaron tomando el control y en 1909 el consejo creó la Unión Francesa para el Sufragio Femenino, cuyo propósito era crear un partido feminista.
Durante las dos Guerras Mundiales, la mayoría de las organizaciones de mujeres se unieron para sumar esfuerzos en relación a la guerra y dejaron de lado sus peticiones electorales. A pesar de esta sumisión y la evolución del puesto de las mujeres que reemplazan a los hombres que se fueron al frente, la ley y las mentalidades cambian poco. La mujer debe quedarse en casa y someterse a su esposo. Por lo tanto, el trabajo femenino se considera un mal necesario. La era inmediata de la posguerra no cambia la situación y los movimientos feministas ya no están en una fase de combate contra la ideología masculina. Las feministas continúan exigiendo la igualdad de derechos, pero al mismo tiempo aceptan la imagen ideal de una ama de casa. Esto es aún más importante ya que la disminución de la población causada por la guerra conduce a una política familiar proactiva. Por lo tanto, la mayoría de las feministas están de acuerdo con las leyes contra el aborto aprobadas en 1920. Sin embargo, esta identidad femenina vinculada a la maternidad también sirve para exigir la mejora de la condición de las mujeres y en particular de las mujeres trabajadoras. Para proteger a las madres, la ley debe otorgarles derechos.
El derecho al voto es siempre una fuerte demanda que se vuelve más apremiante a medida que otros estados lo otorgan a las mujeres. Después de Rusia en 1917, Inglaterra en 1918, Alemania en 1919 y Estados Unidos en 1920, el atraso francés parece incoherente. En 1919, a propuesta de René Viviani[1] y Aristide Briand[2], la Asamblea Nacional votó el derecho de las mujeres al voto pero el Senado rechazó el proyecto de ley en 1921 . Esto no desalienta a las feministas que multiplican las acciones. Algunas militan en partidos políticos, otras distribuyen folletos, colocan carteles o se manifiestan.
A pesar de esto, nada cambió y, por el contrario, en la década de 1930 la situación empeoró. El aumento del desempleo vinculado a la crisis económica está enviando a las mujeres a sus hogares. La opinión pública, cualquiera que sea su orientación política, considera en su mayor parte que el lugar natural de las mujeres es estar en casa para cuidar a su esposo e hijos. Algunas feministas rechazan esto y bajo la influencia de Louise Weiss,[3] organizan acciones en la calle para mejorar la visibilidad de su lucha.
En 1935 y luego en 1936, la asamblea nacional aceptó el sufragio femenino pero el Senado todavía se negó a aceptar el proyecto de ley, impidiendo por tanto el avance. En 1945, La restauración de la Cuarta República después de la victoria aliada trajo consigo el derecho al voto y el derecho a ser elegible para las mujeres. Paradójicamente, por coincidir con los años de reconstrucción de la post guerra, a este gran avance no se le dio la importancia que se merece, presentándose como si fuera un hecho normal.
Las activistas tienen la impresión de quedarse atrás en mayo de 1968 y quieren transformar la sociedad que parece reservarles solo un papel doméstico. Las principales batallas se refieren al reconocimiento del trabajo doméstico, la liberación de la sexualidad y el derecho al aborto libre y gratuito. En 1971, por iniciativa de los periodistas Jean Moreau y Nicole Muchnik, Simone de Beauvoir escribió el manifiesto de las 343. Esta petición firmada por 343 francesas, conocidas o desconocidas, que tuvieron un aborto, exponiéndose en ese momento a un proceso penal: El manifiesto empezaba con estas palabras:
Un millón de mujeres abortan cada año en Francia. Lo hacen en condiciones peligrosas debido a la clandestinidad a la que están condenadas, mientras que esta operación, practicada bajo supervisión médica, es muy simple. Guardamos silencio sobre estos millones de mujeres. Declaro que soy una de ellas. Declaro que he tenido un aborto. Así como exigimos acceso gratuito a anticonceptivos, exigimos aborto libre .
Le Nouvel Observateur. 5 de abril 1971
Desde la década de 1970, que marcó un hito para el movimiento feminista francés, se han logrado muchos avances, en particular políticos, en la dirección de una mayor igualdad entre hombres y mujeres. Los movimientos feministas han logrado ganar muchas batallas y cabe señalar que algunos movimientos contemporáneos ( Me Too, la campaña francesa «Balance ton porc», las Femen, etc.) anuncian una vuelta a la causa feminista en el debate francés a principios del siglo XXI. Mientras que los movimientos feministas de la segunda mitad del siglo XX apuntaron especialmente a cuestiones de derechos, los movimientos y los debates actuales se están centrando más en las cuestiones de la opresión, el sexismo, y el acoso callejero.
Como se puede comprobar por este recorrido histórico que hemos hecho sobre el feminismo en Francia, la literatura y en concreto las escritoras francesas, han tenido una gran influencia, como es el caso de André Léo[4], que aprovecha la relativa libertad promovida por el Segundo Imperio en sus inicios, para publicar obras dedicadas a la igualdad de género y crear movimientos feministas, sin olvidar a Simone de Beavoir con su obra el Segundo sexo, que tuvo gran influencia en los movimientos feministas de la época, influyendo mucho en las mujeres y la sociedad, al igual que otras escritoras como Paule Minck, Amélie Bosquet y Adèle Esquiros. Las escritoras francesas eran la voz del pueblo y en ellas se miraban muchas mujeres, gracias a sus escritos y manifiestos, el feminismo pudo calar hondo en la sociedad francesa, como se ha podido comprobar en el apartado anterior.
Si bien hay muchas o escritoras que centraron su obra en el feminismo y en la mujer, se puede destacar cinco de ellas, aunque fueron muchas las que lucharon.
- Olympe de Gouges (1748-1793)
- Simone de Beavoir (1908-1986)
- Antoinette Fouque (1936-2014)
- Hélène Cicoux (1937)
- Virginie Despentes (1969)
Por último, cabe destacar a la escritora de origen Ucraniano Irène Némirovsky. Irène Némirovsky nunca se presentó como feminista y evitó cualquier asociación con los discursos de vanguardia, que abogaban por la revolución artística y social.
Con esta escritora se puede demostrar que no hacía falta pertenecer a ningún grupo feminista ni arbolar ninguna bandera para dar fuerza a las mujeres y presentarlas como heroínas, mujeres fuertes que luchan por su independencia. Irène Némirovsky fue un gran ejemplo y siempre luchó porque la mujer encontrara su papel en la sociedad por medio de sus personajes.
Su obra, compuesta por diecisiete novelas y cincuenta relatos cortos, Representa a la mujer como heroína y protagonista. Así cabe destacar que de las diecisiete novelas, en diez la mujer es protagonista ocupando un papel principal.
Tenemos el caso de su obra Le Vin de solitude quecuenta una historia de aprendizaje femenino que sorprende por su declaración final de rebeldía e independencia de su protagonista Hélène. Hélène, es una de las protagonistas de las novelas de Irène Némirovsky que lucha por su libertad y al final con gran fuerza y coraje la consigue. Irène Némirovsky sin quererlo fue una precursora del feminismo en Francia con los personajes femeninos en sus novelas, mujeres fuertes que ansiaban y luchaban por su libertad. Fue una gran escritora de la primera mitad del siglo XX, aunque desgraciadamente por su origen judío murió en Auswitch en 1942.
Conclusión.
Se ha podido demostrar la gran fuerza que han tenido en Francia las escritoras en la lucha por el feminismo, ya que con su pluma y la divulgación de sus obras y escritos, hicieron mas que muchos políticos por la lucha de la mujer por su independencia. Fueron capaces de crear asociaciones y fundar periódicos, aprovechándose de su fama como escritoras para apoyar a la mujer, y por supuesto gracias a ellas las mujeres han obtenido grandes avances hasta los tiempos actuales. No obstante, todavía nos queda mucho por luchar y tenemos que seguir luchando para poder hacer un mundo mejor para las futuras generaciones.
Bibliografía
Beavoir, Simone (1949). Le Deuxième sexe, Paris, Éditions Gallimard.
Némirovsky Irène (1935). Le Vin de solitude Paris, Éditions Albin Michel.
Paved, Bibia, Rochefort, Florence et Zancarini-Fournel Michelle (2020). Ne nous libérez pas on s’en charge. Une histoire des féministes de 1789 à nos jours, Paris, Éditions La Découverte
Philipponnat Olivier et Lienhardt Patrick (2007). La Vie d’Irène Némirovsky, Paris, Éditions Grasset & Fasquelle.
Weiss, Jonathan (2005) Irène
Némirovsky, biographie, Paris Éditions du Fél.
[1] Político francés de la Tercera República que desempeñó el cargo de Primer ministro de Francia durante los inicios de la Primera Guerra Mundial.
[2] Político francés, primer ministro durante la Tercera República Francesa, considerado uno de los precursores de la unidad europea.
[3] Louise Weiss, fue una periodista, escritora, feminista y política francesa.(25 enero 1892 – 26 mayo 1983)
[4] Victoire Léodile Béra, conocida por su seudónimo André Léo, fue una novelista y periodista francesa, activista feminista entre el socialismo y el anarquismo, miembro de la Primera Internacional.
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Font Vicente, María (2022). Literatura francesa y feminismo. En Niaiá, consultado el 22/12/2021 en https://niaia.es/literatura-francesa-y-feminismo/https://niaia.es/literatura-francesa-y-feminismo/
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