¿Irías al festival o te quedarías ayudando en el banco de alimentos?

Ayuntamiento de Madrid: iniciativa kilo solidario

Eduardo Muñoz Medina

4⁰C IES Ciudad De Los Poetas 

Dilema planteado en la final

Un grupo de compañeros de tu curso están ahorrando para ir este verano a un festival de música que se celebra en una playa del Mediterráneo. Cuando están recaudando el dinero, una persona que no es de tu centro, con la que tienes una buena amistad, te pide colaborar con el banco de alimentos del barrio, ayudando como voluntario en esas fechas y aportando dinero para alimentos. Sabes de la importancia del banco de alimentos; conoces a vecinos y compañeros que recurren a él por necesidad.

El festival te apetece mucho, pero el banco de alimentos necesita voluntarios que ayuden a personas que no pueden llenar la nevera y que mucho menos pueden irse de vacaciones. Si no vas al festival podrás colaborar con el banco con el dinero que ibas a gastar y dedicar esos días a ayudar en el proyecto. 

¿Irías al festival o te quedarías ayudando al banco de alimentos?

Preguntas

A) Razones a favor de ir al festival o de ayudar al banco de alimentos.

B) Enumera otras posibles decisiones.

C) Señala los valores que están en juego en el dilema y ordénalos señalando cuáles son más importantes y cuáles son menos.

D) Toma una decisión, exponiendo los argumentos a favor y refutando los que están en contra.

En este dilema moral debemos elegir entre invertir nuestros ahorros en un festival con unos amigos, o, por otro lado, prestar nuestra ayuda, tiempo, y recursos monetarios a un banco de alimentos. ¿Es moral gastar el dinero que otra gente no tiene en experiencias prescindibles, o es nuestro deber velar por la salud de nuestros conocidos, sacrificando nuestro tiempo libre en el proceso? Esto es lo que se nos plantea

Partiendo de la premisa de que es un dinero que llevamos un tiempo ahorrando específicamente para este propósito, un gran argumento a favor de asistir al festival es el hecho de que veríamos esta paciencia recompensada en forma de diversión. Además, al pasar el tiempo con nuestros amigos, construimos relaciones, algo primordial en nuestra vida, puesto que el ser humano es un animal social. También estamos ejerciendo nuestra libertad a elegir qué hacer con nuestro tiempo libre y nuestro dinero, y disfrutando de la gratificante sensación de una experiencia de ocio tras un tiempo de contención que puede haber supuesto el ahorro. No obstante, igual de gratificante (o más si cabe) puede ser el ver nuestro trabajo recompensado en la forma del bienestar de otras personas. Estamos teniendo un impacto positivo en personas necesitadas y haciendo el bien. Estamos mostrando aquí también nuestro compromiso social, puesto que el dinero que para nosotros puede significar unas tardes de diversión, para otras personas implica un largo periodo de necesidades básicas que pueden cubrir. No sólo esto, sino que, inevitablemente, de no ayudar en el comedor social, estarías dejando de lado a tu amigo, y también a aquellas personas que te necesitan, pero al decidir ausentarte del festival dejas de lado a tu otro grupo de amigos, con el cual has trabajado por un proyecto común… Así pues, ¿qué hacer?

Como en muchos otros dilemas morales, tenemos una situación de blanco o negro, pero la belleza, y muchas veces la solución de éstos, reside en encontrar las distintas tonalidades de gris. ¿Son compatibles ambas experiencias? En un festival de varios días (como indica el texto) es extremadamente común que haya entradas de uno, dos, todos los días, todos los conciertos de las tardes, etc… Teniendo esto en cuenta, una opción que asoma es comprar una entrada que nos permita (por ejemplo) asistir a la mitad del festival, e invertir el tiempo restante en la ayuda al banco de alimentos. No sólo el tiempo, si no que también el dinero restante, puesto que inevitablemente será más barata que aquella entrada que nos de acceso completo al festival (aunque en proporción salga menos rentable…). De esta manera vemos como nuestro esfuerzo y dinero nos proporcionan dos tipos muy distintos de alegría, de sensación de realización con nosotros mismos, y gratificación, sin dejar de lado en su totalidad ninguna de nuestras relaciones de amistad, ni ninguna de las experiencias. El banco de alimentos está abierto unas fechas “considerablemente más extensas” que el festival. Por tanto otra alternativa que nos podríamos sugerir es el aplazar nuestro voluntariado en el banco de alimentos a unas fechas posteriores al festival, unas fechas lo suficientemente lejanas como para que además de ayudar con nuestra presencia, nos haya dado tiempo a ahorrar una suma de dinero para poder destinar a éste. Por último, los festivales de verano suelen tener una naturaleza que hace que sean habituales, es decir, lo más común es que se celebre alguno todos los años. De esta manera podemos invertir la anterior opción, y aplazar las fechas del festival al que asistiremos a aquel que (con suerte) se celebre el próximo año.

En este dilema veo dos valores principalmente en conflicto: nuestra libertad de hacer con nuestro dinero y tiempo libre lo que deseamos en contraste con el compromiso social y el deber moral de ayudar a aquellos que lo necesitan. También podría mencionar otros bastante importantes como la amistad frente al altruismo, pero me centraré en los dos primeros. En mi opinión creo que pesa más el ayudar a otras personas por una razón principalmente: la urgencia. Todo el tiempo que no invertimos en ayudar a aquellas personas en situaciones desfavorecidas que nos rodean puede tener (y en numerosas veces TIENE) consecuencias fatales. Mucho mayores que aquellas que podría tener el no asistir a un festival que (probablemente) se celebre cada año.

He aquí el momento de tomar una decisión, elegir bando, el más difícil. Y como en muchos otros dilemas, si las respuestas que se nos plantean son A. o B., yo elegiré C.. Dejadme explicar. De verme en esta situación alguna vez yo pondría todo lo que estuviese en mi mano para conciliar ambas opciones, puesto que, aunque muy distintas, ambas son experiencias increíblemente enriquecedoras y útiles para crecer como persona, primordialmente en el aspecto social. Soy un defensor de la libertad individual, y por tanto creo que si me he esforzado para conseguir y ahorrar una determinada cantidad de dinero, está en mi derecho hacer aquello que me plazca con él. Sin embargo, también me considero una persona con unas morales por las que me rijo y de las cuales me cuesta mucho desarraigarme, y no tengo intención de ello, puesto que se me haría bastante difícil rechazar rotundamente el voluntariado sin que esto me inquietara e incomodara. Pasaría un largo tiempo pensando en las consecuencias que podría haber tenido esa decisión, posiblemente exagerándolas, y me sería muy complicado disfrutar del propósito que le habría dado a ese dinero, es decir, el festival. Teniendo en cuenta esto, yo intentaría conciliar ambas opciones. Lo más probable es que eligiera la opción que ya he mencionado antes: comprar una entrada más restringida al festival,  con el dinero y tiempo libre que esto me dejaría en las manos, ayudar en el voluntariado. Si se fijan, de esta manera no pierdo nada. Puedo ver la recompensa del ahorro con mis amigos, disfrutando de un tiempo memorable juntos y experimentando los resultados positivos de ser constante y trabajar con un objetivo claro, lo cual me motivaría a ponerme más objetivos similares en el futuro. Al mismo tiempo estoy cumpliendo una promesa de ir a esto con mis compañeros y cuidando mi amistad con ellos, afianzando así mi círculo social y estrechando vínculos con ellos. En adición a todo esto, ¡una experiencia nueva! Un festival de música tiene un ambiente único e inimitable, el cual merece la pena experimentar al menos una vez en tu vida (todo se debe probar, esa es mi inquietud), y estaría así aprovechando esta oportunidad. Complementando esto de la mejor manera posible, tengo el tiempo en el voluntariado. Aquí estoy (de nuevo) viendo los resultados de mi trabajo, reflejados, además, en gente conocida y necesitada, satisfaciendo así el deseo de dejar un impacto positivo en el mundo, un deseo que creo que la mayoría de los humanos tenemos. Simultáneamente, cuido otra relación de amistad más, además con una experiencia que da lugar a un acercamiento mucho más personal, y que también me da la oportunidad de conocer gente nueva y establecer nuevas relaciones. Es cierto que se podría decir esta opción he experimentado ambas alternativas, pero ninguna en su plenitud. Sin embargo, puedo afirmar casi con total seguridad que eso es una elección propia, pues si creo que no he colaborado lo suficiente en el banco de alimentos, puedo pasar más tiempo de voluntario (esta clase de organizaciones siempre están abiertas a eso) y si el festival me sabe a poco, puedo organizar el mismo plan con mis amigos (esos, o otros) para la siguiente ocasión que se presente. De esta manera, consigo todo lo bueno que puede aportarme y que puedo aportar con cada experiencia, implicándome en temas de importancia social, divirtiéndome, ejerciendo mi libertad y creciendo como persona junto a aquellos que me rodean.

Para citar esta entrada

Eduardo Muñoz Medina. Alumno del IES Ciudad de los Poetas, Madrid. Consultar en Niaia 11/07/2024. Dilema ganador de la XIV Olimpiada Filosófica de Madrid el pasado 5 de abril 2024.

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