Filosofía para Niños y educación ecosocial

Juan B. Campagne.

Profesor de Enseñanza Primaria y miembro del equipo Niaiá


Light at the end of the tunnel. | Young child heads towards … | Flickr

“Muchos de nosotros nos preguntamos qué planeta estamos dejando a nuestros niños. Sin embargo, pocos se preguntan lo contrario: ¿Qué clase de niños estamos dejando a nuestro planeta?”
Simeón Ogonga, líder juvenil keniano

A nadie escapa que los problemas ambientales y los ecosociales son inseparables. De ahí que en el ámbito de la educación se hable ahora de educación ecosocial, superadora de la ambiental como solo enfocada en la preservación de la naturaleza.
Esta nueva mirada en la enseñanza sitúa a los individuos como parte de los ecosistemas y plantea un cambio de paradigma necesariamente ético, en el que una forma de hacer Filosofía puede jugar un rol de primer orden.
En este artículo publicado previamente por la revista de Ecologistas en acción (nº102) planteo cómo Filosofía para Niños puede ser una buena herramienta para permitir que niños y jóvenes dialoguen sobre un mundo complejo y polarizado.

En la actualidad, contamos con más información que nunca sobre el deterioro ambiental. Hasta hace un tiempo, se pensaba que una mayor información no tenía como consecuencia directa unas personas más comprometidas con las mejoras medioambientales que el mundo necesitaba. De hecho, aunque cada vez más estudiantes recibían educación medioambiental en la escuela primaria y secundaria, no se apreciaba un mayor nivel de compromiso que en épocas anteriores.

La situación parece diferente desde 2018, a partir de manifestaciones y acciones lideradas por movimientos como Extinction Rebellion o Friday for Future. Se habla de un cambio de paradigma y de un despertar entre los más jóvenes. La educación ambiental parece experimentar con ellos un nuevo impulso que de paso también está calando en el mundo adulto. En consecuencia, en el mundo educativo se están implementando microacciones que permean de una forma no disruptiva en el sistema escolar. Son microacciones como, por ejemplo, “semanas por el clima”, gestos que luego se transforman en entradas en redes sociales o similares.
Sin embargo, esto puede ser un remedo de los ecogestos que, pese a ser interesantes, no suponen una manera decisiva de afrontar los problemas medioambientales


Ilustración: Andrés Espìnosa. EA

¿Cuáles pueden ser las posibilidades de abordaje desde las aulas?

Hasta ahora, los profesores tratábamos de acercar la problemática medioambiental a la escuela. Ahora, el camino parece ser ya el inverso. El nuevo escenario ha originado que el tema del medioambiente se retome en las aulas para emprender acciones. Acciones por otro lado simbólicas que, si bien ayudan a tomar conciencia del problema medioambiental, resultan insuficientes. En paralelo, estamos frente a la paradoja de la sobrecarga de contenidos medioambientales, algunos más científicos, otros más militantes. Pero, ¿qué posibilidades tiene la escuela para abordarlos? ¿Cómo afrontar los contenidos? ¿Con neutralidad? ¿Con partidismo?

Además de tener que tratar una masa de información importante, los educadores estamos aceptando más de lo que en justicia nos corresponde, al afrontar o incluso resolver las numerosas cuestiones ideológicas y éticas que nos plantea el asunto del medioambiente, antes incluso de presentárselo a los niños. Ante tamaña tarea, optamos por el viejo modelo de educación en el que los niños aprenden las respuestas que los adultos deciden. Como consecuencia, en la educación formal abundan decálogos de recomendaciones y prohibiciones acerca de lo correcto y lo no correcto en relación con el medioambiente. Los profesores nos encontramos a menudo repitiendo a los alumnos el mantra de las tres “R” (Reducir, Reutilizar y Reciclar) o movilizando a un centro entero a causa del Friday for Future.

Las informaciones que les transmitimos con estos gestos son el resultado de años de investigación y una manera de pronunciarnos en defensa del planeta, y son válidas. No obstante, los métodos que adoptamos son a menudo confusos e incoherentes, con connotaciones morales que no siempre son bien entendidas por los alumnos. En los colegios nos valemos a veces de la “instrucción moral”, que consiste en inculcar reglas que controlan los juicios y las acciones de los niños.

Las reglas enseñan a los niños a actuar conforme a los deseos del padre y la madre o del profesorado y pueden ayudar en cierto modo en asuntos como el del cambio climático: se enseña dónde arrojar el plástico o a ser responsables con el uso de la calefacción. Sin embargo, este método no es válido si queremos que niños y jóvenes se impliquen en problemas morales más complejos: dilemas en los que se opongan, por ejemplo, el miedo a corto plazo de generar desempleo (al frenar infraestructuras fósiles como centrales nucleares o grandes puertos) y el miedo a medio plazo de sufrir un desastre ecológico si no lo hacemos.

La educación ecosocial no desconoce este reto y apunta a un cambio de modelo necesariamente ético donde una forma de filosofía, relacionada con examinar y discutir los temas problemáticos, puede tener un papel de primer orden.

El programa de Filosofía para Niños, una herramienta para la investigación ética

¿Te gustaría vivir de modo que contribuyeras a que el mundo fuera mejor? ¿Podrías ser feliz si no pudieras entender nada de lo que te pasa? ¿Te importaría vivir de forma que le pareciera mal a los demás, pero que te pareciera bien a ti?
Mathew Lipman y otros. (1988) .

Hay una forma pedagógica de incluir los procesos de razonamiento filosófico desde la primera infancia. Eso creía Mattew Lipman, máximo referente del movimiento de Filosofía para Niños (FpN) a finales de los sesenta en EEUU. Él ejercía como profesor de lógica en la Universidad de Columbia de Nueva York, cuando se dio cuenta de las dificultades que tenían sus alumnos universitarios para razonar. Atribuyó esas falencias a una falta de formación del razonamiento en etapas anteriores. Consideró que era en la educación primaria donde había que reforzar más la habilidad de razonamiento y de formación de juicios que posibilitasen el desarrollo de un pensamiento crítico y autónomo, y que la Filosofía podía ser la disciplina adecuada para enseñar a los niños a aprender a pensar mejor por sí mismos, en lugar de aprender a hacerlo mecánicamente aceptando simplemente la autoridad de la maestra o el maestro. Pensando en esto decidió escribir su primera novela, El descubrimiento de Harry, para presentar los principios de la lógica de manera asequible, y donde los personajes descubriesen estos principios y reflexionasen sobre cómo podrían usarlos en sus vidas.

Entre 1974 y 1980 Mathew Lipman, ya con la compañía de Ann Sharp, publicó más novelas para niños y niñas de diferentes niveles escolares, cada uno de los cuales se acompañaba con un manual de investigación para el profesorado.

Filosofía para Niños. La filosofía en las aulas como facilitadora del entendimiento en un mundo complejo y polarizado

Lipman, Sharp y Oscayan se refieren a Sócrates como el principal responsable de una nueva orientación de la filosofía, en la que ésta es entendida como una investigación dialógica. Lo fundamentan en tres aspectos. En primer lugar, todo lo que Sócrates recomienda hacer, él mismo muestra cómo hacerlo, ofreciendo un modelo intelectual de investigación: si de lo que se trata es de investigar un concepto –la amistad, el amor, la belleza…–, hay una serie de pasos específicos que hay que seguir para hacerlo. En segundo lugar, Sócrates pone la confianza en la capacidad de pensar de su interlocutor y señala que la investigación intelectual empieza por aquello que más interesa a cada uno. También afirman, por último, que Sócrates incita a la gente a conversar. Para él iniciar al diálogo es explorar posibilidades, descubrir alternativas, admitir otros puntos de vista y establecer una investigación común desde un pensamiento riguroso.

La Filosofía en las aulas como facilitadora del entendimiento en un mundo complejo y polarizado

Durante los últimos 40 años el programa Filosofía para Niños se ha ido extendiendo por Iberoamérica y el mundo entero y han ido surgiendo nuevos materiales filosóficos y recursos educativos, así como propuestas de aplicación con distintos colectivos y contextos. Todos ellos tienen como fin trabajar destrezas y habilidades cognitivas, emocionales, sociales y comunicativas en estrecha vinculación con las distintas etapas de la vida y las circunstancias concretas.

Matthew Lipman y Ann Sharp mostraron, desde el inicio de su tarea como preparadores de materiales didácticos, una sensibilidad especial hacia las cuestiones sociales y medioambientales. En la actualidad, las propuestas se han ido actualizando en España en formas diversas como los proyectos Peace, Noria, el pensamiento creativo y Jardín de Juanita, la escuela del Pensamiento Libre o el currículo de Valores de la editorial SM con enfoques de diálogo cultural y de acciones micropolíticas para interpretar el mundo y la vida, entre otros.

En resumen, las personas que estamos detrás de los distintos enfoques y proyectos de FpN pensamos que esta puede promover el cambio de paradigma necesariamente ético, inseparable del científico, que coloque como dice Yayo Herrero, la “vida en el centro”. Esta manera de entender la filosofía, la educación y la vida, puede proporcionarnos una nueva y mejor visión del mundo en el que las problemáticas ecosociales se combatan de una forma más cuidadosa, creativa y crítica.

Referencias

  • Agúndez Rodríguez, Adolfo (2018). Filosofía ecosocial. El lugar del pensamiento en la educación ecosocial. Artículo, Seminario de Filosofía ecosocial, Congreso de Filosofía para Niños en Girona.
  • Comisión de Educación Ecológica (2006). El currículum oculto Antiecológico de los libros de texto. Madrid. Ecologistas.En acción
  • García Moriyón, F. (Coord) (1998). Crecimiento moral y Filosofía para niños. Bilbao: Ediciones Descleé de Brouwer, S.A.
  • Lipman, M. (1991). Pensamiento complejo y educación. Madrid: Ediciones de la Torre.
  • — (2004). Decidiendo qué hacemos. Manual del profesor para acompañar a Nous. Madrid: Ediciones de la Torre.
  • Lipman, M., Sharp, A. M. y Oscayan, F. S. (1980). La Filosofía en el aula. Madrid: Ediciones de la Torre.
  • Lipman, M. y otros (1988). Investigación ética. Manual del profesor para acompañar a Lisa. Madrid: Ediciones de la Torre.

Para citar esta entrada

Campagne, Juan B. (2020). Filosofía para Niños y educación ecosocial 23/05/2020 en  https://niaia.es/sobre- https://niaia.es/filosofia-para-ninos-y-educacion-ecosocial/

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