Javier San Román Ortí
Consultor
Cuando uno observa la foto a continuación, por lo general, no tiene sentimientos agradables, seguramente podría describirlos como de repulsa o asco, le pasa a usted y le pasa al 99,9% de la población, no se preocupe. Una foto de unos niños jugando en una fuente, o unas mujeres cargando agua siempre es mejor recibida. Todas estas instantáneas forman parte del ODS 6, pero unas son más agradables que otras, y esto es algo que a la hora de la inversión también influye, siempre es más fácil encontrar financiación para agua potable que para el saneamiento. Se podría pensar que sin agua no se puede vivir mientras que sin un cuarto de baño sí podemos vivir, y por eso hay que financiar antes el agua, pero la realidad es que cuando uno mejora el servicio de agua, aumentan también los problemas de saneamiento, al aumentar las aguas residuales, por lo que idealmente [1] las soluciones deben ser integrales. Además, está el impacto en la salud que tienen los proyectos de saneamiento, lo que los justifica por sí mismos.
No obstante, esta integralidad no se limita exclusivamente al acceso a servicios de agua, saneamiento e higiene a través de la provisión de servicios gracias a las infraestructuras, sino que deben atenderse otros aspectos que son abarcados en el ODS 6 y que no se incluían en la Agenda 2015 de los ODM.
Aunque generalmente al OD6 se le llama: “agua limpia y saneamiento” para facilitar la comprensión del público en general (el título del artículo es una evidencia de esto), en realidad un nombre más apropiado es: Garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible y el saneamiento para todos. Cuando se profundiza en las metas del ODS 6, uno se da cuenta de que, de las 8 metas que recoge este ODS 6, sólo 2 (metas 6.1 y 6.2) son exclusivas del acceso a servicios de agua potable, de saneamiento y de higiene [2], el resto de las metas están enfocas a una visión más amplia de la gestión de los recursos hídricos, incluyendo metas sobre la cooperación entre países en la gestión de cuencas binacionales o la protección de ecosistemas (bosques, etc.) relacionados con el agua, entre otros.
Las metas 6.1 y 6.2 referidas al acceso a servicios incluyen dimensiones más allá de la infraestructura requerida para brindar un servicio. Así han incluido los “Niveles de servicio”, que implica pasar de una visión de infraestructura mejorada-no mejorada (Agenda 2015 de los ODM), a una visión de servicio que incluye estándares relacionados con la disponibilidad del agua en el momento en que se la necesita, la calidad de esta y la asequibilidad económica. También se ha pasado de una visión enfocada en los hogares a incluir las escuelas (2018) y los centros de salud (2019). Nunca es tarde si la dicha es buena. Si, como mencionábamos antes, el saneamiento es el hermano feo del agua potable, la higiene directamente es el hermano olvidado. Aun así, respecto a la higiene, en los últimos años se ha avanzado de forma relevante en un tema de vital importancia y que durante años había estado olvidado: la higiene menstrual, y que se brinden servicios que tengan en cuenta las necesidades de mujeres y niñas.
Debido a que el foco se ha puesto tradicionalmente en el sector del acceso a los servicios (metas 6.1 y 6.2), el resto de las metas y sus indicadores del ODS 6 han quedado en un segundo plano, algo que NNUU ya ha identificado y que está intentando remediar. Una muestra de este abandono es la poca disponibilidad de datos al respecto de indicadores del ODS 6 más allá de acceso a los servicios. Un ejemplo: en el caso del indicador sobre la calidad de los cuerpos de agua, en el año 2020, solo 78 países habían facilitado datos de este indicador, eso sí, son más de los 48 países que facilitaron datos de este indicador en 2017.
Con relación al acceso a los servicios (6.1 y 6.2), ha habido avances en los últimos años, pero estos no serán suficientes para alcanzar los objetivos fijados.
Estos datos, aunque puedan parecer positivos, es importante desagregarlos a nivel de los diferentes continentes, si hacemos esto, veremos cómo hay continentes, como Asia, con un avance muy significativo, otros relativamente estancados, como Europa (algo también normal dado que partía de altos %) y otros continentes que se han quedado muy rezagados, como es el caso de África.
Si estos mismos datos los desagregásemos a nivel de países, veríamos que dentro de cada continente también existen grandes diferencias.
En los últimos años Haití ha realizado avances en las metas 6.1 y 6.2, sin embargo, está rezagada en la región de América Latina y el Caribe Por ejemplo, mientras que el servicio gestionado de manera segura y el servicio básico al agua en la región es del 75,38% y 21,96% respectivamente, en Haití el % de servicio gestionado de forma segura es del 0% y el servicio básico de 66,7%. También Haití está muy rezagado en materia de defecación al aire libre siendo uno de los países que no habrán erradicado la defecación al aire libre si se mantiene la tendencia de -0,58% anual. Estas cifras globales a nivel de país esconden significativas inequidades. Así, la población rural está siempre más rezagada en acceso a servicios que la población urbana. Por ejemplo, el indicador de acceso básico a agua potable en rural es 42,85% mientras que en urbano 84,62%. Pero como se viene diciendo, el ODS 6 va más allá del acceso a los servicios. Sin embargo, Haití no cuenta con recursos ni tampoco ayuda externa como para monitorear las otras dimensiones del ODS 6 como las referidas a la gestión eficiente de los RRHH, calidad de las aguas, participación ciudadana, etc.
Como dato transcendente internacionalmente del sector cabe recordar que en 2010 las NN.UU. introdujeron el cólera en Haití, el cuál nunca había existido en el país. Se estima que este provocó la muerte de 10.000 personas. Aunque al principio NN.UU. intentó que el relato se centrase en que el cólera siempre había estado en la isla en estado latente y que la degradación del medio ambiente había provocado su salto al ser humano, un epidemiólogo francés, que no aceptaba esta hipótesis, consiguió demostrar que la cepa de Haití era igual que la cepa de Nepal y daba la casualidad de que en la ciudad donde comenzó el brote había un destacamento militar de NN.UU. de Nepal y que este destacamento militar tiraba sus aguas fecales directamente a un arroyo cercano. Finalmente, NN.UU. reconoció su responsabilidad a través de su secretario general. Más recientemente, y después de más de 3 años sin ningún caso, un nuevo brote de cólera se ha producido en el país, en un momento en que la situación sociopolítica y se seguridad es crítica.
Por último, brevemente voy a exponer los retos y cuellos de botella a los que se enfrenta Haití dentro del ODS 6, podemos destacar:
- Mantener y ampliar el monitoreo del progreso del ODS 6. Aunque en los últimos años se han constatado algunos esfuerzos en el monitoreo y la disponibilidad de datos (sobre todo en lo referido a las metas 6.1 y 6.2), el reto es mantener el monitoreo en el tiempo sin el apoyo de financiación extranjera, además de ampliar el monitoreo a todas las metas del ODS6 como por ejemplo para integrar datos sobre calidad de agua dulce o eficiencia en la gestión de los RRHH).
- Aumento de la inversión. Aunque se ha constatado un aumento del porcentaje del gasto en el sector en los presupuestos gubernamentales, los recursos destinados son insuficientes para cubrir las necesidades existentes en el sector. A esto se une que la ayuda internacional es también insuficiente y que además está en retroceso. Por otro lado, cabe destacar que el subsector del saneamiento y en general el medio rural reciben mucha menor inversión en comparación con el medio urbano y el subsector sector del agua potable.
- Mejora del desempeño de los operadores. Los operadores cuentan con recursos y capacidades técnicas, comerciales y financiaras limitadas para realizar una gestión eficiente y eficaz, lo que impide que puedan brindarse servicios que cumplan los estándares de calidad del ODS 6.
- Sostenibilidad ambiental y cambio climático. El ciclo integral del agua no es atendido ni monitoreado. Por ejemplo, se desconoce la eficiencia en el aprovechamiento de los recursos captados (no existe apenas macro y micromedición). Tampoco hay tratamiento y reúso de aguas (en Haití sólo hay una planta de tratamiento de aguas residuales en funcionamiento). Por otro lado, los operadores no cuentan con departamentos dedicados a la sostenibilidad ambiental, no existen planes de contingencia frente a sequías., etc.. Tampoco existen recursos como para ejecutar medidas de planificación de usos de suelo y gestión de cuencas que permitan proteger y asegurar la calidad y cantidad de agua a largo plazo.
- Comportamiento de la población. La población tiende a confiar en el agua embotellada para beber, en parte debido a las campañas contra el cólera. Ello implica que los hogares, sobre todo en medio urbano, donde hay mayor oferta de sector privado, incurran en un gasto por encima de los estándares internacionales que se sitúan en un 3% de los ingresos del hogar en servicios de agua, saneamiento e higiene.
- Mejora de la regularización del sector. En la práctica no existe regulador sectorial puesto que la institución que debiera realizar esa labor se concentra en la ejecución de proyectos de inversión. A título ilustrativo de la falta de regulación: no existe ningún tipo de regulación ni de monitoreo del sector privado, el cuál acapara el mercado del agua dado el vacío de sector público para atender a la demanda. Igualmente, existe una debilidad judicial-administrativa del estado frente a usos fraudulentos del agua.
- No hay ningún acuerdo con RD sobre gestión de RRHH transfronterizos.
- Mejorar coordinación entre Ministerio de sanidad- medio ambiente- dirección nacional agua potable y saneamiento.
- Ha habido un aumento en el número de áreas protegidas, pero en la mayoría no existen ni documentos estratégicos de gestión ni personal.
[1] Los recursos financieros suelen ser limitados como para abordar proyectos integrales. Lo que habitualmente se hace es realizar proyectos por etapas.
[2] Las metas 6.1 y 6.2 que se refieren al acceso a servicios de agua, saneamiento e higiene se relacionan tradicionalmente al sector WASH (por sus siglas en inglés) en el ámbito de la cooperación para el desarrollo.
Grabación de la sesión
Para ver la grabación de la sesión, abrir este enlace 220,9 Mega. Esta accesible la presentación de la sesión en este otro enlace
Para citar esta entrada
San Román Ortiz, Javier (2022 b) ODS 6 Agua limpia y saneamiento: Países de renta baja, caso de Haití en Niaiá, https://niaia.es/ods-6-agua-limpia-y-saneamiento-paises-de-renta-baja-caso-de-haiti/
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