Federico Soto Díaz-Casariego
Profesor Facultad de Ciencias Políticas. UCM
El tema, “Trabajo decente”, esconde bajo la aparente sencillez de su título múltiples y complejas cuestiones. No es posible abordarlo sino es mediante aproximaciones sucesivas; el intento que sigue pretende situarlo en la realidad sistémica en la que se inscribe.
Para empezar, considerando la contradicción que se esconde en su título, “Trabajo decente”. La realidad en la que esta problemática se inscribe, comprende el campo de la filosofía actual al uso, la Postmodernidad, donde las categorías realidad y verdad se difuminan en las de la hiperealidad y postverdad; de modo que un nuevo léxico, impuesto por las Escuelas de negocios y asumido por los medios de comunicación, y aún por el conjunto de la sociedad, expulsan del habla corriente términos tradicionales: obrero, viajero, estudiante, convencer, etc. reduciendo esa riqueza léxica, en un mundo que solo contiene categorías contables: los consumidores, o clientes, y los vendedores, o proveedores. La asociación de los términos “trabajador” y “decencia”, por su parte, expulsa del debate el concepto de explotación, que no alcanza su sentido en el ámbito del mercado, sino, con anterioridad, en el de las características de la “Sociedad de libre empresa”, sintagma que, asimismo, trata de eliminar el empleo del término “Capitalismo” de los debates.
La historia del último cuarto del pasado siglo XX ha visto el desarrollo de unas tecnologías –robótica, información, genética– de alcances inconmensurables; alcances, que trascienden sus efectos materiales y económicos, y tecnologías sobre las que se nos ha conducido a la Globalización y al tándem interpretativo de El Fin de la historia y El Choque de las civilizaciones. Con el nuevo siglo y milenio, la crisis del mundo surgido en ese tiempo se anunció con el estrépito de la destrucción de las Torres Gemelas de Nueva York y terminó por desencadenarse en la crisis financiera de 2008. El Fin de la historia ha terminado y la invasión rusa de Ucrania, obliga a “resetear”, también, nuestro mundo mental. Esto concierne a todo el ámbito de las ideas, también, las relativas al “Trabajo decente”, afectadas por fenómenos de singular magnitud entre los que hay que destacar los movimientos poblacionales, las desigualdades de género, el deterioro y los desastres medioambientales y, en fin, la guerra.
El seminario se celebró en línea el 18/0/2024
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Para citar esta entrada
Soto Díaz-Casariego, Federico (2022) ODS 8 Trabajo decente y desarrollo sostenible 14/05/2022 en https://niaia.es/ods-8-trabajo-decente-y-crecimiento-economico/
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