Prof. Roberto Colom
Catedrático de psicología diferencial en la UAM
En un mundo en el que las emociones arrasan con todo, parece que el frío intelecto está pasado de moda. No es la primera vez que esto sucede en la historia de nuestra civilización. El romanticismo, por ejemplo, fue una reacción a la ilustración en la que la razón se puso por encima de la emoción. En el mundo educativo actual, autores como Howard Gardner seducen a su audiencia a través de declaraciones como las siguientes (consignadas en este caso al reseñar un texto sobre la ciencia de la inteligencia humana): “el mundo no será salvado por gente inteligente sino por gente que usará su ingenio para ayudar a los demás.” Para mí, esta clase de afirmaciones carecen de sentido, por muy efectistas que puedan ser para algunos.
Al igual que cualquier herramienta o tecnología, nuestro intelecto puede convertirse en un problema o contribuir a encontrar soluciones a los conflictos que creemos experimentar en la actualidad. Pero, desde luego, sin ingenio (¿en qué se distingue del intelecto, nos preguntaría Huarte de San Juan desde la tumba?) difícilmente seremos capaces de superar retos, por muy colosales que sean, como ya hicimos, con bastante éxito, en el pasado. En suma, defenderé que encontrar modos de optimizar ese intelecto en la población, sirviéndonos del método científico, será crucial para mejorar aún más nuestro mundo, no solamente para encontrar alternativas viables, sino para que todos, no solamente las élites cognitivas, podamos participar en el proceso. ¿Y las emociones? Defenderé que mantenerlas a buen recaudo sería la estrategia más eficiente. Nuestras emociones no ayudarán a progresar si no están gobernadas por un intelecto (o un ingenio) adecuadamente amueblado. Al contrario: serán una fuente permanente de conflictos, como demuestra nuestra historia. El infierno está lleno de humanos que actuaron siguiendo los dictados de sus emociones. Solamente el frío intelecto y una intachable honradez nos empujarán hacia delante con determinación.
El seminario se celebró en línea el 11/09/2024
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Para citar esta entrada
Roberto Colom. Catedrático de psicología diferencial. UAM. En Niaiá, consultado el 06/09/2024
En https://niaia.es/es-nuestro-intelecto-el-problema-o-la-solucion
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