Laura del Carmen Torres-Vega
Universidad de Granada y Universidad de Almería
Claves psicológicas para entender la creencia en teorías de la conspiración y su impacto en las actitudes sociopolíticas
Los contextos de crisis (sociales, económicas y/o políticas) parecen favorecer la aparición y difusión de la desinformación, las noticias falsas y los bulos, así como la creencia en teorías de la conspiración. Por ejemplo, desde el inicio de la pandemia por Covid-19 —la mayor crisis a la que se ha enfrentado nuestra sociedad actual— estamos siendo testigos de una intensa y rápida propagación de bulos en torno al virus, que contribuyen a generar una mayor confusión entre la población incrementando así la sensación de incertidumbre e inseguridad. Además de la creencia en bulos más o menos concretos, una parte significativa de la población está interiorizando y dando credibilidad a las teorías conspirativas que han surgido sobre el origen del Covid-19 e incluso aquellas que niegan la propia existencia del virus. La creencia en este tipo de teorías conspirativas puede tener, a su vez, importantes consecuencias en el comportamiento social y político de los individuos, por ejemplo reduciendo su aceptación e implicación en las medidas sanitarias adoptadas, erosionando la confianza en las instituciones y/o acercándoles a partidos y líderes políticos que incorporan la desinformación como estrategia en su discurso político. El objetivo de esta presentación es reflexionar sobre por qué los contextos de crisis favorecen la creencia en teorías de la conspiración, centrándonos en los factores psicológicos que pueden estar implicados en el proceso.
Contextos de crisis y visión del mundo
La visión del mundo puede entenderse como un tipo de esquema mental o una estructura general de conocimiento sobre cómo es el mundo en el que vivimos. Es decir, se trata de un marco de referencia que guía nuestra interpretación y comprensión de nuestro entorno físico y social. Las visiones del mundo, como otros esquemas mentales, pueden guiar nuestra atención y memoria hacia aquellos elementos del entorno que son coherentes y afirman dicha visión del mundo (e.g., Garrett & Weeks, 2017). Por esta razón, algunas autoras como Hyman y Jalbert (2017) han señalado que el principal problema que conduce a la aceptación de la desinformación son las visiones del mundo, ya que estas favorecerán la aceptación de mensajes acordes a la propia visión del mundo (aunque sean falsos) y el rechazo de información que la cuestione.
Las visiones del mundo que tienen las personas no son únicas ni estáticas, sino que pueden ser activadas en mayor o menor medida en función del contexto en el que nos encontremos. Por ejemplo, las crisis tienen un gran impacto en la forma de entender nuestro entorno. No cabe duda de que la crisis provocada por el Covid- 19 ha cambiado nuestra concepción del mundo tal y como lo conocíamos, el cual nos parece ahora un lugar mucho más inseguro e impredecible; y también hay evidencias de que contextos de crisis y amenaza económica se relacionan con una mayor visión del mundo como un lugar peligroso, impredecible y en el que las personas son fundamentalmente malas e inmorales (Torres-Vega, Ruiz, & Moya, 2021). Teniendo en cuenta lo anterior, los contextos de crisis pueden estar activando una visión de un mundo peligroso en la ciudadanía que les haría más sensibles a aceptar e incorporar información que reafirme la idea de que no viven en un lugar seguro o que no se puede confiar en los demás. Pero, además, la visión de un mundo peligroso puede estar intensificando la sensación de amenaza derivada del propio contexto de crisis, desencadenando en las personas una serie de reacciones psicológicas que pueden favorecer la creencia en teorías de la conspiración.
Teorías de la conspiración como respuesta a la sensación de amenaza
La evidencia empírica sostiene que las personas tendemos a creer en teorías de la conspiración cuando experimentamos amenaza existencial, es decir, sentimientos de ansiedad y/o incertidumbre, a menudo provocados por situaciones estresantes que atentan contra nuestros valores, nuestra forma de vivir o incluso nuestra propia existencia. Recientemente, van Prooijen (2020) ha desarrollado el Modelo de la Amenaza Existencial de las Teorías Conspirativas (Existential Threat Model of Conspiracy Theories), el cual puede resultar de utilidad para analizar e interpretar la creencia en teorías conspirativas en situaciones de crisis. El modelo plantea que cuando las personas están bajo situaciones de amenaza existencial, se activa un proceso de búsqueda de significado que favorece la creencia en las teorías conspirativas. Es decir, cuando nos sentimos amenazadas, las personas dirigimos nuestra atención hacia el entorno físico y social para identificar la fuente de esa amenaza y poder así afrontarla de forma eficaz. En este proceso de búsqueda de significado (búsqueda de relaciones causa-efecto que expliquen la situación amenazante), las teorías de la conspiración ofrecen aquello que buscamos: un patrón o relaciones causales entre diferentes eventos físicos o sociales complejos y aparentemente inconexos, y una sensación de agencia, es decir, que ese patrón es intencionado y no producto del azar (Van Prooijen, 2018; Van Prooijen & Van Vugt, 2018). De esta manera, las teorías conspirativas favorecen la sensación de que conocemos el origen de nuestra ansiedad existencial, ofreciéndonos un marco de interpretación del mundo en el que vivimos. No obstante, dado que no todas las personas que viven una situación de amenaza existencial creen en teorías de la conspiración, el modelo plantea que la amenaza favorecerá la creencia en teorías conspirativas sólo si durante el proceso de búsqueda de significado se hace saliente la presencia de un grupo que se considera antagónico al propio grupo (e.g., diferente orientación política, diferente cultura, etc.) y que se propone como promotor de la conspiración (Van Prooijen & Van Vugt, 2018).
El Modelo de la Amenaza Existencial de las Teorías Conspirativas presenta algunas similitudes con otro modelo psicológico más general sobre las consecuencias de la amenaza al control percibido de las personas. El Modelo de Control Compensatorio (Kay et al., 2008) sostiene que cuando las personas experimentamos una disminución en nuestra sensación de control sobre el entorno buscamos recuperarla por medio de fuentes externas de control, ya sea incorporando ideologías que aporten una visión clara y estructurada sobre el mundo (por ejemplo, el autoritarismo) o apoyando a figuras que se perciben como capaces de ejercer control sobre el entorno (por ejemplo, el gobierno, un líder político dominante, etc.). Las teorías conspirativas también pueden actuar como fuentes externas de control, por ejemplo Kofta, Soral, & Bilewicz (2019) mostraron que cuando las personas sienten que no pueden ejercer control sobre el contexto político incrementan su creencia en teorías conspirativas. Considerando lo anterior, podría plantearse que los contextos de crisis promueven una visión de que el mundo es peligroso e impredecible, lo que contribuye a incrementar la percepción de amenaza existencial y reducir la sensación de control de las personas. Esta percepción de amenaza facilitaría la creencia en teorías de la conspiración debido a que ofrecen una relación causal sobre los acontecimientos que encaja con la visión de un mundo peligroso activada, aliviando así la búsqueda de significado y la restauración del control percibido.
Referencias
*Este trabajo ha sido realizado en el marco de un proyecto de investigación Coordinado por Juan Antonio Nicolás, Univ. Granada, con el título: «Posverdad a debate: reconstrucción social tras la pandemia. Análisis multidisciplinar, valoración crítica y alternativas”
Garrett, R. K., & Weeks, B. E. (2017). Epistemic beliefs’ role in promoting misperceptions and conspiracist ideation. PLOS ONE, http://dx.doi.org/10.1371/journal.pone.0184733
Hyman, I. E., & Jalbert, M. C. (2017). Misinformation and Worldviews in the PostTruth Information Age: Commentary on Lewandowsky, Ecker, and Cook. Journal of Applied Research in Memory and Cognition, 6(4), 377–381. http://doi.org/10.1016/j.jarmac.2017.09.009
Kay, A., Gaucher, D., Napier, J. L., Callan, M. J., and Laurin, K. (2008). God and the government: Testing a compensatory control mechanism for the support of external systems. Journal of Personality and Social Psychology 95, 18–35. doi:10.1037/0022-3514.95.1.18
Kofta, M., Soral,W., & Bilewicz, M. (2020). What breeds conspiracy antisemitism? The role of political uncontrollability and uncertainty in belief in Jewish conspiracy. Journal of Personality and Social Psychology, 118, 900-918. https://doi.org/10.1037/pspa0000183
Torres-Vega LC, Ruiz J and Moya M (2021) Dangerous Worldview and Perceived Sociopolitical Control: Two Mechanisms to Understand Trust in Authoritarian Political Leaders in Economically Threatening Contexts. Frontiers in Psychology, 12 :603116. https://doi.org/10.3389/fpsyg.2021.603116
Van Prooijen, J.-W. (2018). The psychology of conspiracy theories. Oxon, UK:
Routledge.
— (2020). An Existential Threat Model of Conspiracy Theories. European Psychologist, 25(1), 16–25. http://doi.org/10.1027/1016-9040/a000381
Van Prooijen, J.-W., & Van Vugt, M. (2018). Conspiracy theories: Evolved functions and psychological mechanisms. Perspectives on Psychological Science, 13, 770– 788 https://doi.org/ 10.1177/1745691618774270
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Torres-Vega, Laura del Carmen (2021). Posverdad en tiempos de crisis: claves psicológicas para entender la creencia en teorías de la conspiración y su impacto en las actitudes sociopolíticas. En Niaia, https://niaia.es/posverdad-en-tiempos-de-crisis-conspiraciones/
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